Cuando algún colaborador renuncia, las empresas sufren alguna o algunas de estas consecuencias:
- Pérdida de competencia: Como resultado de la rotación de personal, se pueden perder conocimientos valiosos, Este es el caso cuando dejan la empresa personas con funciones clave, que han trabajado allí durante mucho tiempo y están familiarizadas con todos los procesos.
- Cambios estructurales: Si las personas clave de una empresa deciden irse, esto puede causar incertidumbre en el equipo. Además, la jerarquía puede cambiar y los papeles y funciones de los otros empleados pueden tener que ser redefinidos.
- Esfuerzos y costes elevados: Si se contrata personal nuevo como resultado de la rotación, esto requiere tanto tiempo como dinero. Tan pronto como los empleados adecuados hayan sido reclutados, deben ser formados. Esto requiere el tiempo de los otros empleados, que, por lo tanto, no pueden dedicar tanto tiempo a sus tareas habituales.
- Posible pérdida de talento: Hay personas con alto valor dentro de las organizaciones por diversas razones: competencias profesionales, resultados extraordinarios, grado de especialización, excelencia en el desempeño, etc. Cuando una de estas personas renuncia el hueco que deja es mucho mayor.
- Continuidad del negocio: No sólo los proyectos y actividades paran o disminuyen en el periodo en que el empleado deja su posición, estos tiempos se ven impactados por el proceso de reclutamiento y capacitación de la persona que cubra esta posición.
Es importante que el área de Recursos Humanos y los líderes trabajen en conjunto para medir la rotación y generar estrategias para disminuirla, sobre todo, enfocar las estrategias efectivas de retención en el talento clave.